Es de las asociaciones más antiguas de Madrid (1967) y surgió como una asociación familiar. Los orígenes del barrio se remontan a la construcción de las cocheras de la EMT en esa zona. Era un núcleo aislado del resto de la ciudad. En la época de la fundación rondaban 4.500 vecinos, distribuidos en 25 portales, casi todos trabajadores de la EMT, muchos de ellos significados políticamente. En aquella época no existía el asociacionismo y por eso se constituyen como asociación familiar. Una vez se pudieron inscribir como asociación vecinal, empezaron a trabajar las necesidades del barrio que fue surgiendo y creciendo.

El barrio ha cambiado mucho y del mismo modo han evolucionado las líneas de trabajo. Los primeros habitantes han ido falleciendo y se empiezan a vender pisos a nuevas vecinas y vecinos. Este tipo de vivienda se ha ido revalorizando, y con ello ha aparecido la especulación. Se va convirtiendo prácticamente en ciudad dormitorio  de gente que trabaja por la zona (en oficinas, hospitales…) y así es muy difícil hacer barrio. En los bloques viven la mayor parte de alquiler y muy poca gente es propietaria. Por eso hay mucho desinterés por el mantenimiento del estado de las viviendas.

La principal línea de trabajo de la asociación es velar por el bienestar de las personas menos favorecidas, sumando esfuerzos con otros colectivos y entidades del barrio. Por ejemplo, hay buena sintonía con la parroquia y el sacerdote actual. La ayuda vecinal con la pandemia y Filomena se ha canalizado a través de esta parroquia, pues a ella acude la gente necesitada. Tienen reuniones conjuntas con Cáritas y Cruz Roja para ver las necesidades y planificar cómo actuar.

Forman parte de la Plataforma Zona Norte que plantea hacer la operación urbanística de otra manera. Han denunciado esta operación y ha sido admitida a trámite. Consideran que les perjudica mucho desde hace 25 años, pues hay varios terrenos con los que no se quiere hacer ninguna infraestructura social, aludiendo a que pueden entrar en la operación.

También denuncian que en la zona hay asentamientos de infraviviendas que han provocado reacciones en contra de algunos vecinos y vecinas. Desde la asociación se propone que se les realoje.

Hacen talleres como pilates, actividades infantiles, la iniciativa “un huerto en mi balcón”, etc. Además tienen un bar que les sirve para financiarse y es su principal fuente de ingresos.